sábado, 9 de julio de 2011

Palabréame esta.

Encontrar a Julio Muñoz en Twitter como @Avekaesar (hoy @Xulious) ha sido un guiño del destino; la mayoría de los que nos conocéis a los dos sabéis que nos gusta mucho trabajar juntos, y os confieso, es muy divertido hacerlo.

Hace unos días hemos descubierto Google+ y ahí estamos, rodeados de tuiteros, publicando fotos, noticias y haciendo comentarios dignos de ser calificados como tuits; sí, una vez que te enganchas, ya lo haces en cualquier parte. En uno de nuestros delirios hemos empezado comentario a comentario, a jugar con las palabras, y sin planearlo hemos creado lo que ahora os traigo. ¿Un relato? ¿Un cuento? Dejémoslo en un experimento.

Por supuesto algunos de los pensamientos que aquí se publican se han convertido en Tuits en nuestros TL; por eso he querido hacerlo en este blog, porque aunque no haya salido directamente de Twitter, no podría haber sido más inspirado por el ritmo que marcan los 140 caracteres.

A mí podéis encontrarme como @retserefram (a @mismenesteres y @jEsterSoy las eliminé sin piedad).

Esperamos que os guste.

Palabréame esta.

  • Azotada por mi léxico.
  • Esposada a tu semántica.
  • Enredada en mi significado.
  • Perdida en la métrica de tus versos.
  • Volteada por mi rima.
  • Ensimismada con tus diptongos, alterada por tus hiatos.
  • Tildada de salida en mis puntos y aparte.
  • Hambrienta de tu domino de la lengua. (Te miro, te admiro. Sedienta y hambrienta. Viva la lengua española, viva la lengua hambrienta.)
  • Salivan tus letras por alcanzar el sabor de mis silencios.
  • Me escondo tras tus vocales que arden por mis consonantes; tú y yo, asonantes.
  • Sudan mis sílabas al amarrase a tus encabalgamientos.
  • Yo descanso a las sombra de Tu T y tú te columpias en los arcos de Mi m.
  • Soy letra condenada a no tocar tu lengua.
  • Somos palabras que se llevó el aire, un viento de otoño que nos despeinó las tildes.
  • Muérdeme hasta que no haya más silencio.
  • Cállame los versos, grítame los besos.
  • Habla con mis silencios, no quieren decir tu nombre.
  • Mi nombre se deletrea con tus suspiros, se escribe con tu sangre.
  • Mi nombre es tu lengua buscando el lugar en mi cuerpo.
  • Somos lenguaje corporal escrito sobre sábanas blancas. Nuestro sudor, nuestra tinta.
  • Que nunca sea tu lengua muerta.
  • Que nos pasemos la noche punto y seguido, punto y seguido, punto y...
  • Hasta que el punto se ruborice de ver nuestro final.
  • Ese punto se escribirá con tinta roja.
  • Escríbeme con saliva, la tinta qué.
  • Sea nuestra piel lienzo, sean nuestros dedos pincel. Seamos la ilustración de este cuento sin final.
  • Escuece lo no dicho. Se hunden las palabras que son herida. Se agrieta el silencio. Tú. Yo. Solo un hueco sin significado.
  • Y se abren las heridas y sangra nuestra musa, que arrinconada maldice nuestras plumas que ya no se dejarán escribir.
  • Déjate escribir, no tengas miedo.
  • Tengo miedo a perder las letras, que me dejes muda de versos. Que me robes las estrofas en las que me refugio.
  • Mis letras y tu desnudez. Tu lengua y mi significado.
  • Nos conjugamos en presente perfecto, y futuro incierto. Tu verbo, tu sexo, es imperativo.
  • Mi piel sigue erizada por la historia que escribiste en ella.
  • Mis dedos se enredan en tu pelo, y trenzan los versos que me cuentas en silencio.
  • Haz que tu cuerpo se convierta en todos los significados que no llegamos a entender. Que gima, que grite, se retuerce de placer. En cada letra un nuevo cielo que tocas.
  • Y llenaremos el vacío de nuestros folios en blanco con las promesas de nuevas letras entrelazadas, de nuevos cuerpos unidos formando nuevas palabras. Inventemos un nuevo lenguaje con nuestras lenguas anudadas.
  • Y hacernos palabra, hacernos silencio que gime en nuestra nuca para recordarnos que no somos, no existimos. Somos uno, somos orgasmo. Grita mi nombre hasta que se quiebren tus labios. Ganas que nos devoran en el desierto. Tu piel arena. Tu mirada la cueva. Desemboco.
  • Nos callamos por no molestar a los libros que nos leen desde la estantería, dibujando en sus hojas la pasión de nuestros ojos. Te toco otra vez, me tocas de nuevo, para leer el braille de nuestros poros.
  • Te toco. Desemboco. Como lo hiciste con nuestra historia, regaste las páginas muertas de nuestro árbol con insidiosas mentiras que se burlaron de todos los suspiros derramados. Tras la ventana te ríes viendo llegar el fin. Ninguno de los dos se atreve a pasar de página, y nos ahogamos porque lloramos por lo que tenemos y no sabemos contener. Somos fin sin haber comenzado. Y ríes entre lágrimas mientras el sol destroza mi piel.
Julio Muñoz y Ester Marfer.

viernes, 8 de julio de 2011

Permíteme que te escriba


Se agolpan las ideas empiernándose con los pensamientos, amontonándose en esta cama de estrofas. Los versos se pierden en el laberinto en espiral de las líneas de mis manos. Una orgía de letras, queriendo formar las palabras exactas para conquistar el corazón de mi hombre de hojalata.


En este mundo en el que vivimos, sólo alcanzo a hacerte el amor y a follarte a fuerza de pulsaciones sobre el teclado; ¿Acaso creías que lo que retumbaba en tus entrañas es el corazón? No querido, eso no pasa en esta casa.


Sigo escribiendo y todo parece cobrar sentido, y se materializan tus labios frente a los míos, y con un soplo, se evaporan, junto al humo del porro que me estoy fumando. Sigo tecleando y son tus brazos los que me rodean por la espalda y siento tu respiración viva en mi cuello, y sigo escribiendo y sigues materializándote; y como es mi imaginación y hago con ella lo que quiero, dejo de escribir y empiezo a acariciarme en tu nombre, tal y como sé que lo harías si estuvieras aquí; por debajo de la ropa y con dedos sabios.


Te he versado en cada pareado, cuarteto y copla de pie quebrado que has inspirado. Eres soneto, eres ritmo y rima. Y con más ritmo y las pausas justas, es mi cuerpo el que ahora te describe con el sudor de mi cuello sobre mis sábanas. Es mi respiración agitada la que te materializa y te convierte en signos de exclamación.


Quizás ahora pueda dejar de transcribirte mis deseos en el papel; se ha corrido la tinta por todo mi cuerpo y la soledad es real. La pluma de tu fantasma se evapora con mi sudor; y en la ducha de fría realidad no queda ni tu calor.


Hasta mañana inspiración, nos leemos en tus sueños.